Cerca de 300.000 personas tomaron el centro de Zaragoza para participar en el acto más multitudinario y emotivo de las fiestas de la capital aragonesa.
Un poco más humildes pero no menos emotivas son las ofrendas de los pueblos bajoaragoneses.
Los días previos son una locura en los hogares de las madres y abuelas, encargadas de preparar, planchar y organizar todos los trajes regionales que van a salir en el desfile. Tanto participan en la ofrenda las personas que llevan flores a la virgen, como todos aquellos que les han ayudado a que estén perfectos ese día y luego se emocionan al verles pasar.
Cada comarca o pueblo tiene su traje típico, pero como todo evoluciona, los trajes regionales también se han ido adaptando a distintas modas.
Mi familia, como cada año, participa en la ofrenda del Pilar de Alcañiz. Yo este año no puede vestirme, pero por supuesto que participé peinando y maquillando a las chicas de casa.
A mi hermana pequeña, como tiene el cabello bastante largo, le hice un recogido muy elegante. Dos trenzas de raíz con raya al lado que se unían a una enorme coca en la nuca. Lo decoré con una peineta a cada lado. Estaba guapísima.
La pequeña de la casa, cuando vio a su tía así de guapa lo tubo claro, ella quería el mismo peinado. A pesar de que tiene una melena muy corta, me las ingenié para hacer el mismo trabajo, y creo que no quedó nada mal.
Como es muy presumida, lo decoré con peinetas y un lazo.
Con mi hermana mayor lo tenía más complicado. Lleva el cabello muy corto y no le llegaba para hacer un moño. Pero conseguí hacer dos trenzas de raíz, que le favorecían mucho y le quedaban genial al traje. Estaba muy guapa y muy contenta de poder acompañar a sus pequeños en la ofrenda. Porque como podéis ver, también vestimos al nuevo miembro de la familia, que parecía un muñequito.
Lo pasamos muy bien y yo .... ya estoy pensando en cómo peinarlos la próxima vez.
Hasta pronto.
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